El Romanticismo I

A finales del siglo XVIII surgieron en Europa corrientes de pensamiento que defendían principios y valores opuestos a la Ilustración: frente a la importancia concedida a la razón, se alzaron la emoción y el sentimiento; frente a la dimensión social, el individuo y frente a las normas, la libertad de conducta y expresión. Es el último movimiento global de las artes (música, pintura, literatura...) y el pensamiento (filosofía). 

El Romanticismo llegó más tarde a España. En 1833, tras la muerte de Fernando VII, los liberales  exiliados regresaron con las ideas románticas que lograron triunfar.

Características:

• Rebeldía: contra las normas que les impiden reflejar sus sentimientos. 
• Libertad: en política, moral y arte.
• Idealismo: les hace rebelarse contra la realidad (la patria, la sociedad e incluso Dios).
• Desesperación y desengaño: como consecuencia del choque del idealismo con la realidad. 
• Belleza: es la única verdad.

Géneros literarios:
La lírica es su género favorito, ya que es el idóneo para llegar a los sentimientos del lector.

• Poesía: libertad. Los poetas combinan a su gusto estrofas y versos.
• Teatro: libertad. Se mezcla el verso con la prosa, lo trágico con lo cómico... Pretende despertar los sentimientos del espectador, no busca enseñar, sólo conmover.

Temas:

• Libertad: está por encima de cualquier norma o ley. Los románticos sienten gran admiración por todas aquellas personas que están fuera de la ley como piratas o mendigos. 
• Naturaleza: el paisaje es un elemento fundamental que refleja el estado interior, emocional, del poeta. Prefieren los paisajes agrestes, los mares embravecidos... que expresan ese sentimiento de desengaño y desesperación en el que están sumidos los escritores románticos.
• Lejanía en el tiempo y en el espacio: les gustan los lugares lejanos y exóticos y los tiempos pretéritos. Sitúan muchas de las tramas en la época medieval o en países del lejano Oriente.
• Idealización del amor: el amor se presenta de manera dual. La mujer se presenta por un lado como un ser cercano a Dios y por el otro como un elemento que puede llevar a la perdición más absoluta.