Federico García Lorca, natural de Fuente Vaqueros (Granada) solía veranear en su adolescencia en Asquerosa (hoy Valderrubio), un pueblo a 4 kilómetros del suyo. Allí vivía su tía Matilde, que era vecina de una mujer de fuerte carácter llamada Frascuela Alba. Ambas casas estaban unidas por un pozo a través del cual Federico escuchaba algunas de las conversaciones que tenían en la vivienda contigua.
Veinte años después de esos veraneos, cuando su gran amiga Margarita Xirgu acabó las representaciones de Doña Rosita la soltera con gran éxito, le pidió un papel de mala. Lorca se acordó de la historia de Frascuela Alba y su familia y escribió la famosa obra teatral en 1936.
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