miércoles, 20 de enero de 2016

Ejercicios sobre el Realismo

Ya que algunos de los ejercicios no nos ha dado tiempo a corregirlos en clase, os dejo las respuestas a continuación.
Página 190. Ejercicio 9.
Aparece un narrador protagonista (en primera persona). Este narrador cuenta hechos y experiencias que ha vivido personalmente. No es el tipo habitual de narrador que aparece en las novelas realistas, el habitual suele ser el narrador omnisciente, externo y que lo sabe todo.

Página 193. Ejercicio 11.
Aparecen los canónigos y los sacerdotes de la catedral de Vetusta. Según el autor, los clérigos llevan a cabo sus obligaciones de forma rutinaria, sin entusiasmo.
El ambiente descrito produce rechazo, ya que deja entrever una parte del ser humano que no es agradable: la de las envidias y puñaladas por la espalda, mientras  entre ellos reina, aparentemente, la armonía. Se deja entrever, por tanto, uno de los rasgos de la sociedad del siglo XIX: la sociedad de las apariencias.
El novelista critica la hipocresía de los clérigos, que aparentan unas relaciones cordiales que en realidad no lo son.

Página 193. Ejercicio 12.
Verdadero. el autor realiza un retrato de Pepita Jiménez, a la que describe con gran detalle: personalidad, manera de actuar, de hablar...
Falso. Todas las cualidades que se resaltan en el texto son positivas: discreta, sosegada, inteligente...
Falso. Juan Varela emplea un narrador subjetivo, que relata los hechos en primera persona. Lo habitual es un narrador omnisciente, que cuenta los hechos en tercera persona.
Verdadero. El texto se puede entender con facilidad y emplea un lenguaje accesible. No obstante, la expresión resulta muy cuidada ya que busca las palabras adecuadas y exactas para las ideas que quiere transmitir.
Verdadero. Pepita Jiménez, como se ve en la descripción, tiene una buena educación y pertenece a una familia acomodada.

Página 193. Ejercicio 13.
En el texto se narra como Amparo cumple con sus quehaceres cotidianos antes de ir a misa: prepara la comida, se asea, se peina, se viste y se presenta frente a la señora a la que sirve.
La novela naturalista se distingue por la descripción descarnada de la realidad, y se centra en personajes y ambientes humildes. En el fragmento podemos apreciar varios rasgos de las novelas naturalistas: la acción se desarrolla en un ambiente rural y humilde; la muchacha, pobre, sirve a la señora; el personaje no se preocupa por su higiene; el narrador describe con detalle y crudeza el aspecto físico del personaje.

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